El retiro de las mallas perimetrales del estadio Óscar Alberto Quiteño, impulsado por el alcalde de Santa Ana Centro, Gustavo Acevedo, ha desatado una fuerte controversia en el fútbol salvadoreño. La medida, que busca alinear el recinto con estándares internacionales, ha sido criticada por algunos sectores que consideran que va en contra de la normativa vigente y podría comprometer la seguridad en el estadio. Según el edil, es momento de modernizar los escenarios deportivos en el país, pero también aseguró que, si la comisión encargada de licencias no permite el cambio, se reinstalarán las estructuras.

Acevedo argumentó que el artículo 24 del Reglamento para la Concesión de Licencias de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), que exige una barrera de al menos dos metros de altura, es ambiguo y debe revisarse. Además, defendió la capacidad de la afición santaneca para mantener la calma durante los partidos, incluso en momentos de tensión, como en la pérdida de una final. También enfatizó que el estadio cuenta con un plan de seguridad coordinado con la Policía Nacional Civil (PNC) y con un sistema de videovigilancia que ayudaría a controlar cualquier incidente dentro del recinto.

Pese a la postura del alcalde, la normativa vigente establece que los estadios deben contar con una separación clara entre el campo de juego y los graderíos. Ante esto, el presidente de la Primera División, coronel Samuel Gálvez, mostró su preocupación y aseguró que sin esta barrera cualquier persona podría ingresar al terreno de juego, lo que representa un riesgo. Gálvez también señaló que la Comisión de Escenarios Deportivos deberá inspeccionar el estadio para determinar si cumple con las condiciones necesarias para albergar partidos oficiales, lo que podría afectar la planificación del torneo Clausura 2025 para el FAS.

El debate se ha dividido entre quienes apoyan la modernización de los estadios y quienes consideran que en El Salvador aún no existen las condiciones para eliminar estas barreras. Un punto de discusión ha sido la aparente diferencia en la aplicación de las normas, ya que el alcalde Acevedo señaló que en el Estadio Mágico González se disputó una final sin una valla perimetral de estas características. Esta situación ha llevado a algunos a exigir un trato igualitario por parte de la FESFUT para todos los recintos deportivos del país.

Ante la incertidumbre, Acevedo reiteró que la intención no es perjudicar al equipo FAS ni al fútbol salvadoreño, por lo que, si las autoridades competentes no avalan el cambio, las mallas volverán a ser colocadas. Mientras tanto, la polémica sigue abierta, con opiniones divididas entre quienes ven en esta decisión un avance hacia un fútbol más moderno y quienes creen que la seguridad debe seguir siendo la prioridad.