La controversia que rodea a los hermanos Brayan y Mayer Gil Hurtado sigue escalando, esta vez con nuevas declaraciones desde el interior de la selección nacional de El Salvador. Después de que el seleccionador David Dóniga y el padre de los jugadores, Christian Gil Mosquera, intercambiaran señalamientos públicos, el capitán de la Selecta, Darwin Cerén, decidió intervenir y ofrecer su perspectiva sobre la situación. En el programa “Súper Fútbol”, Cerén arrojó luz sobre lo que ha ocurrido en la interna del equipo, centrándose no solo en los hermanos Gil, sino también en otros legionarios como Álex Roldán y Eriq Zavaleta.

Cerén, veterano de la selección y una de las voces más respetadas del grupo, no dudó en mencionar los problemas de actitud que, según él, los hermanos Gil mostraron durante su estancia con el equipo. El mediocampista relató un episodio en un entrenamiento en Houston, donde Mayer Gil, en lugar de integrarse plenamente al trabajo del equipo, “se la pasaba en el baño o con las manos en los bolsillos debido al frío”. Este tipo de comportamiento, según Cerén, contrastaba con la actitud del resto de los jugadores, quienes mostraban mayor disposición y compromiso a pesar de las condiciones adversas. Aunque reconoció el talento de los hermanos Gil, destacó que la falta de actitud era evidente.




 

El capitán salvadoreño también aclaró que la calidad de los Gil como futbolistas no está en duda, pero recalcó que el problema radica en su actitud durante los entrenamientos. Cerén señaló que esta situación ha sido un obstáculo para que los jugadores se integren completamente al grupo y aporten de manera positiva al equipo. Estas palabras coinciden con las declaraciones previas del entrenador Dóniga, quien también subrayó la importancia de la actitud y el compromiso en los jugadores convocados a la selección. Para Cerén, la actitud lo es todo a la hora de representar a la selección nacional, y los jugadores que no muestran el nivel de entrega necesario terminan afectando la dinámica del equipo.

Pero la crítica de Cerén no se limitó únicamente a los hermanos Gil. También abordó las polémicas en torno a Álex Roldán y Eriq Zavaleta, otros legionarios que han sido señalados en el pasado por exigir mejores condiciones para el equipo. Según el capitán de la Selecta, no es cierto que estos jugadores estuvieran peleando únicamente por ellos mismos, sino que luchaban por mejorar las condiciones de todos los integrantes del equipo. Cerén mencionó que él mismo, con su experiencia en la MLS, también había planteado mejoras para el equipo, desmintiendo así las acusaciones de individualismo que habían surgido en torno a Roldán y Zavaleta.

Para Darwin Cerén, las críticas hacia los legionarios no deben ser vistas de forma negativa, sino como una forma de mejorar el ambiente dentro de la selección y asegurar que todos los jugadores, tanto los que militan en el extranjero como los locales, cuenten con las condiciones adecuadas para rendir al máximo nivel. El capitán dejó en claro que, aunque ha habido desacuerdos dentro del equipo, todos comparten el objetivo de hacer crecer a la Selecta. Sus declaraciones buscan calmar las aguas en medio de la controversia, pero también abren la puerta a una reflexión sobre la importancia de la actitud y el compromiso en el éxito de la selección nacional.

Este episodio refleja las tensiones que pueden surgir en un equipo nacional con jugadores que provienen de diferentes contextos y ligas. La situación de los hermanos Gil y los legionarios ha puesto de manifiesto los desafíos que enfrenta la Selecta en cuanto a la cohesión interna y la gestión de las expectativas. Mientras El Salvador se prepara para nuevos retos, el liderazgo de figuras como Darwin Cerén será clave para mantener al equipo enfocado en sus objetivos, dejando de lado las distracciones que puedan surgir fuera del campo.