Después de aquella dolorosa noche en el mundial de España 1982, el fútbol salvadoreño continúa sumergido en lo más bajo. Hoy se cumplen 36 años de la mayor goleada en la historia de los mundiales, esa que para los salvadoreños tiene un sentimiento ambiguo: tristeza por la derrota, y alegría por el solitario gol de Zapata.
Tras haber sido el primer país centroamericano en acudir a un Mundial (México 1970), se convirtió en la primera selección del área en ir al torneo de fútbol más importante del planeta en dos ocasiones. La selección salvadoreña había logrado clasificar a su segunda Copa del Mundo de la historia, luego de ubicarse en la segunda posición de la Hexagonal Final de la Concacaf en 1981.
Los dirigentes del fútbol nacional de aquella época, no eran muy diferentes a los actuales, pues se recuerdan muchas prácticas vergonzosas para con los futbolistas que habían logrado el boleto a España 1982.
Félix Castillo, presidente de la federación en aquel entonces, decidió inscribir solamente a 20 jugadores, y no 22 como permitía la FIFA, para que esos dos lugares fueran ocupados por directivos. La selección fue la última, de las clasificadas, en llegar a tierras mundialistas; su viaje a España tomó tres días.
Los directivos despojaron de los uniformes a los seleccionados, dejando tres blancos y uno azul por jugador, a pesar que Adidas había destinado cuatro blancos y tres azules por cada uno de los futbolistas cuscatlecos. Además, las pelotas que fueron otorgadas a El Salvador, nunca llegaron a los entrenamientos. Desaparecieron.
El contexto social que vivía El Salvador era muy difícil, la guerra civil se encontraba en su punto más álgido desde sus inicios. Los jugadores cuentan que a pesar de las dificultades, se presentaban a los entrenos con la única ilusión de representar de la mejor manera al país a nivel internacional.
El entrenador de aquella selección fue Mauricio “Pipo” Rodríguez, quien también en sus días como jugador, fue determinante para la clasificación al primer mundial.
El Salvador debutó en España ’82 frente a Hungría el 15 de junio, en el Nuevo Estadio de Elche. Desde los primeros minutos, las cosas no pintaron bien para los nuestros, y solo fue un premonitorio de la dolorosa derrota que sufriría la selección en su primer partido dentro del Grupo C.
Apenas sobre los cuatro minutos, Tibor Nyilasi anotó el primero para los magiares, Gábor Pölöskei encontró el segundo a los 11’, mientras László Fazekas puso el 3-0 sobre 23 minutos. El inicio del segundo tiempo, también fue un desastre: József Tóth al 50’ y Fazekas al 53’, quien además logró su doblete, pusieron el encuentro 5-0.
A los 63 minutos, Jorge “Mágico” González realizó una grandiosa jugada en el área húngara para luego mandar un pase en diagonal hacia atrás para Norberto “Pajarito” Huezo, quien cedió la pelota para la llegada de Luis Ramírez “Pelé” Zapata, que sin pensarlo dos veces, remató al arco y anotó el primer y todavía único gol de El Salvador en la historia de los mundiales de selecciones mayores.
Pero esa anotación provocó, aún más, al país europeo. En un vendaval húngaro, László Kiss convirtió el sexto a los 69’, y solo un minuto después, Lázár Szentes aumentó la cuenta a siete tantos. Kiss alcanzó su triplete tras las anotaciones a los 72 y 76 minutos, mientras Tibor Nyilasi, quien inició la goleada, fue el encargado de terminarla al minuto 83.
En los siguientes dos partidos, El Salvador encajó únicamente tres goles. Perdió 1-0 ante la subcampeona de Europa, Bélgica, también en el Nuevo Estadio de Elche, y 2-0 frente al vigente campeón del mundo, Argentina, en el estadio José Rico Pérez, en Alicante.
Paradójicamente, Hungría se regresó a casa al mismo tiempo que los nuestros, ya que después de golear a El Salvador, perdió frente a Argentina por cuatro tantos contra uno, y empató a uno con Bélgica.