El presidente de la Primera División de El Salvador, coronel Samuel Gálvez, expresó su opinión sobre la detención del partido entre Alianza y Cacahuatique, que se interrumpió al minuto 22 para rendir homenaje a Rodolfo “Fito” Zelaya, quien se retiró recientemente del fútbol profesional. Según Gálvez, la interrupción del juego fue un acuerdo entre ambos equipos, aunque aclaró que no tenía certeza de si la decisión fue tomada previamente con los árbitros o si esta fue una acción improvisada. El coronel destacó que, en estos casos, es importante entender el contexto, ya que el gesto tenía la intención de honrar a un jugador destacado en el fútbol salvadoreño.

El homenaje a Zelaya, que se realizó durante un partido oficial de la liga, suscitó opiniones divididas entre los involucrados en el evento. Gálvez hizo énfasis en que, aunque la acción fue una muestra de respeto a un futbolista que marcó una etapa importante en el deporte, se trataba de un partido oficial, lo que generó una cuestión de cumplimiento con las reglas y el desarrollo normal del juego. A pesar de las dudas sobre la formalidad del acuerdo para detener el partido, Gálvez dejó claro que no se perdieron muchos minutos del juego, por lo que la interrupción no tuvo mayor impacto en el tiempo de juego.




Por otro lado, el entrenador de Cacahuatique, Daniel “Tito” Cortí, también se pronunció sobre el homenaje, pero de una manera más crítica. A pesar de reconocer el impacto de Rodolfo Zelaya en el fútbol del país, Cortí manifestó que no estaba de acuerdo con la interrupción del partido para realizar el homenaje. Según el técnico argentino, este tipo de actos, aunque bien intencionados, no deberían formar parte de un partido oficial, ya que la esencia del fútbol es el desarrollo del juego en sí. Cortí opinó que el homenaje a un jugador podría haberse realizado en otro momento, fuera del contexto de un encuentro que, en su opinión, debería ser enfocado en el rendimiento deportivo.

La controversia surgida alrededor de este homenaje refleja las tensiones entre el reconocimiento a figuras del deporte y el respeto por las reglas y la formalidad de los eventos deportivos. Mientras algunos consideran que un gesto como este es necesario para honrar a un jugador que ha dado mucho al fútbol salvadoreño, otros sostienen que el partido debe mantenerse como el espacio para la competencia y que cualquier reconocimiento debe hacerse fuera de las competiciones oficiales. El caso deja entrever una falta de consenso sobre cómo deben gestionarse estos actos, especialmente cuando se trata de una figura tan significativa como Fito Zelaya.

En este contexto, Samuel Gálvez aclaró que la decisión de interrumpir el partido no es responsabilidad de la Primera División, sino que debe consultarse directamente con los clubes involucrados, en este caso Alianza y Cacahuatique. Aunque no se estableció un acuerdo formal sobre la detención del juego, Gálvez sugirió que los representantes de los equipos fueron los encargados de coordinar el acto, lo que resalta la autonomía de los clubes para organizar este tipo de homenajes dentro de los partidos. Sin embargo, la situación también pone sobre la mesa la necesidad de establecer normas más claras para la gestión de este tipo de gestos en el futuro, para evitar que situaciones similares generen controversias o malentendidos.

Finalmente, el incidente pone en evidencia la tensión entre la tradición del fútbol y la búsqueda de nuevas formas de reconocimiento para los jugadores que han dejado una huella en el deporte. Si bien el homenaje a Fito Zelaya fue una acción cargada de emoción y gratitud, también subraya la necesidad de balancear la tradición del juego con el respeto por aquellos que han contribuido a su crecimiento. Las decisiones que se tomen en el futuro sobre este tipo de interrupciones tendrán que considerar tanto el valor de estos homenajes como el impacto que puedan tener en el desarrollo de las competiciones.