La reciente confirmación del partido de Alianza contra Cacahuatique en el estadio Jorge “el Mágico” González ha reavivado el debate sobre el uso de la malla perimetral en los estadios de Primera División en El Salvador, especialmente en relación con el estadio Quiteño, hogar de FAS. Este tema ha tomado relevancia no solo por las diferencias en las normativas, sino también por las decisiones tomadas por las autoridades en cuanto a las condiciones de los recintos deportivos. En este contexto, la falta de malla perimetral en el “Mágico” ha generado preguntas sobre por qué este estadio puede seguir siendo utilizado sin cumplir con el reglamento establecido, mientras que el estadio Quiteño enfrenta sanciones por no contar con la misma infraestructura.
El estadio Jorge “el Mágico” González, sede histórica de la selección nacional y escenario de importantes encuentros de la liga, ha sido noticia por albergar la final del Apertura 2024 entre FAS y Once Deportivo, además de la reciente confirmación de su uso para el partido de Alianza en la fecha 2 del torneo Clausura 2025. A pesar de que este recinto no cuenta con una malla perimetral, se permite su uso debido a una barrera de aproximadamente 1,80 metros que separa la pista de los graderíos. Esta barda ha sido avalada por CONCACAF, lo que le ha permitido albergar encuentros internacionales, como los partidos de las selecciones nacionales en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2023, así como la Copa Centroamericana 2024. De acuerdo con las autoridades del fútbol, esta infraestructura cumple con los requisitos internacionales para partidos a nivel de selecciones.
Sin embargo, la situación es completamente diferente en el estadio Quiteño, propiedad de FAS, que enfrenta un dilema por la reciente decisión del alcalde de Santa Ana, Gustavo Acevedo, de retirar la malla perimetral en la zona de sombra del estadio. Este cambio ha provocado la intervención de la Primera División, que advirtió a FAS sobre la imposibilidad de aprobar la inspección del estadio si la malla no se reinstala. La falta de esta infraestructura obligaría a FAS a buscar otro recinto para sus partidos de local. El presidente de la Primera División, coronel Samuel Gálvez, fue claro al expresar que, en caso de no solucionarse el problema, el estadio Quiteño no pasaría las pruebas de seguridad y no se le permitiría ser sede de partidos de Primera División.
El reglamento de licenciamiento de clubes, en su artículo 24, punto 2, establece que los estadios deben contar con una valla perimetral de al menos dos metros de altura para separar el terreno de juego de los graderíos. Esta normativa, que fue diseñada para garantizar la seguridad de jugadores y espectadores, ha sido aplicada de manera estricta en la mayoría de los estadios de la liga, con la excepción del “Mágico” González, que sigue siendo utilizado sin cumplir con el requisito mínimo de dos metros. Gálvez, al ser consultado sobre la discrepancia entre los dos estadios, explicó que la barda del “Mágico” González mide 1,80 metros, lo que, según los estándares internacionales, es suficiente para su aprobación. En contraste, la barda del estadio Quiteño es considerablemente más baja, lo que representa un riesgo para la seguridad, ya que cualquier persona podría acceder fácilmente al campo de juego.
Este contraste en el trato hacia los estadios ha generado preguntas sobre la aplicación uniforme de las normativas de seguridad en el fútbol salvadoreño. ¿Por qué se permite que el “Mágico” González siga siendo sede de importantes partidos sin una malla perimetral que cumpla con los requisitos del reglamento? La respuesta radica en la evaluación internacional que ha recibido el estadio, con la certificación de CONCACAF y otros organismos que consideran que su infraestructura es adecuada para albergar partidos internacionales. En cambio, el estadio Quiteño no ha recibido una evaluación similar, lo que ha llevado a las autoridades a exigir el cumplimiento de las normativas locales para garantizar la seguridad en el recinto.
#Fútbol | Nuestro presidente ad honórem, @ybukele, junto al alcalde de Santa Ana Centro, @AcevedoGustavo_ visitaron esta tarde el Estadio Óscar Quiteño. #ConstruyendoElCamino pic.twitter.com/5w1QhNZ6lF
— INDES El Salvador (@indeselsalvador) January 22, 2025
La polémica también pone de relieve las diferencias en el trato entre los equipos de Primera División y sus estadios, con algunos recibiendo mayor flexibilidad en la aplicación de las normativas, mientras que otros enfrentan restricciones más estrictas. La situación del estadio Quiteño ha generado frustración entre los aficionados de FAS, quienes consideran que la decisión de retirar la malla perimetral y las advertencias de la Primera División son excesivas. Sin embargo, la prioridad de las autoridades sigue siendo la seguridad en los estadios, lo que ha llevado a una revisión más rigurosa de las infraestructuras en comparación con años anteriores.
La discusión sobre la malla perimetral también abre un debate más amplio sobre las condiciones de los estadios en El Salvador. Mientras que algunos recintos, como el “Mágico” González, han recibido inversiones y remodelaciones que los mantienen competitivos a nivel internacional, otros estadios como el de FAS aún enfrentan dificultades para cumplir con los requisitos básicos de seguridad. La falta de una infraestructura adecuada no solo pone en riesgo la seguridad de los jugadores y espectadores, sino que también puede afectar la competitividad de la liga al impedir que ciertos estadios sean utilizados para partidos importantes, tanto nacionales como internacionales.
En este contexto, es necesario un enfoque más coherente y equitativo en la aplicación de las normativas de seguridad en los estadios de Primera División. Las autoridades deben asegurarse de que todos los recintos deportivos cuenten con las condiciones mínimas para albergar partidos de alto nivel, sin recurrir a excepciones que generen disparidad en el trato a los equipos y sus aficionados. Además, es fundamental que se realicen inversiones en la mejora de los estadios que aún no cumplen con los requisitos necesarios, para que puedan competir en igualdad de condiciones con los recintos más modernos y seguros del país.
El futuro del estadio Quiteño dependerá de la pronta solución al problema de la malla perimetral y de la disposición de las autoridades para trabajar en conjunto con los clubes para garantizar la seguridad en todos los estadios de la liga. La situación actual también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre cómo mejorar la infraestructura del fútbol en El Salvador y asegurarse de que todos los recintos deportivos sean seguros y accesibles para los aficionados, sin que se pongan en riesgo la integridad de los jugadores o la calidad de los partidos. En última instancia, la aplicación estricta de las normativas de seguridad es necesaria para mantener el prestigio y la competitividad de la liga salvadoreña, asegurando que todos los estadios sean adecuados para albergar los partidos que definen el futuro del fútbol en el país.