Rubén Alonso, director técnico de Fuerte San Francisco, tiene claro el objetivo para el Clausura 2025: clasificar entre los ocho mejores y luchar por el título del fútbol salvadoreño. Tras una profunda renovación del plantel, el estratega uruguayo ha trabajado desde el inicio de la pretemporada en la conformación de un equipo competitivo. Consciente de que en torneos anteriores el rendimiento no ha sido el esperado, Alonso enfatiza la importancia de la preparación y la mentalidad para afrontar los desafíos de la nueva campaña.

El entrenador destacó que el equipo fue el primero en iniciar los trabajos de pretemporada, realizando visorias enfocadas en fortalecer la reserva y evaluar jugadores de segunda división. Aunque considera que el salto a la primera categoría no es fácil, confía en que algunos de estos futbolistas puedan destacar en la plantilla principal. También mencionó que la estructura del club debe contar con una base sólida en sus fuerzas básicas para garantizar un desarrollo a largo plazo. Sin embargo, el arranque del torneo ha sido irregular, pues tras un buen inicio, el equipo sufrió una derrota en casa, algo que, según Alonso, se debió a un exceso de confianza de sus jugadores.




El técnico fue claro en señalar que su plantel necesitaba cambios. Tras evaluar a los jugadores con los que contaba al llegar al club, decidió mantener solo a quienes demostraron compromiso y reforzar con nuevos elementos, incluyendo fichajes extranjeros. Uno de los jugadores foráneos aún no ha mostrado su mejor nivel, pero Alonso confía en que pronto podrá adaptarse y aportar al equipo. También resaltó la llegada de futbolistas como Wilker, quien fue clave en Cacahuatique y ya estaba en el radar de la dirigencia, y Wilma Torres, un jugador con experiencia en la primera división, en quien deposita una gran responsabilidad para guiar a los más jóvenes.

Más allá de los nombres, Alonso insiste en que el éxito del equipo dependerá de la mentalidad con la que encaren cada partido. Pone como ejemplo a Cacahuatique, un equipo sin figuras rimbombantes, pero con un deseo constante de competir y ganar. Esa es la actitud que quiere ver en sus jugadores y en la que ha insistido tras el tropiezo en la jornada más reciente. El entrenador recalca que no se puede bajar la intensidad ni confiarse después de un par de buenos resultados, ya que el torneo aún tiene un largo camino por recorrer.

Para Alonso, la meta es clara: clasificar entre los ocho mejores. No promete títulos, pero asegura que trabajará al máximo para alcanzar su objetivo. También reconoce que el fútbol puede ser impredecible y que en ocasiones las directivas toman decisiones apresuradas tras un par de malos resultados. Sin embargo, se mantiene firme en su plan de trabajo, confiando en su experiencia y en el grupo que ha formado. Pide paciencia y apoyo a la afición, asegurando que el equipo peleará con todo para cumplir sus aspiraciones en este Clausura 2025.

 

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