La relación entre el entrenador de la selección de El Salvador, David Dóniga, y los hermanos Brayan y Mayer Gil Hurtado ha llegado a un punto crítico. En una entrevista en el podcast de Fernando Palomo, “Nos ponemos las pilas”, Dóniga abordó los motivos detrás de la exclusión de ambos jugadores de las recientes convocatorias. Aunque Brayan fue convocado en septiembre, las tensiones entre los jugadores y el cuerpo técnico se han vuelto evidentes. El técnico habló abiertamente sobre los actos de indisciplina que llevaron a esta situación, subrayando la importancia de que los futbolistas acudan a la selección con compromiso y respeto, algo que, según él, no ocurrió con los hermanos Gil.
Dóniga comenzó la entrevista explicando su postura sobre la actitud que espera de los jugadores convocados a la selección. En sus palabras, la selección debe ser un lugar al que los jugadores llegan con entusiasmo y no con condiciones que sirvan a sus propios intereses. El entrenador enfatizó que a la selección “se viene cuando te llaman y se viene llorando de alegría”, sugiriendo que tanto Brayan como Mayer llegaron a la concentración con exigencias que no fueron aceptables para el cuerpo técnico. Además, señaló que estas condiciones no habían sido acordadas por él, sino que eran un tema que debía tratarse con los entrenadores anteriores o con los encargados de firmar esos acuerdos.
Uno de los episodios más reveladores que contó el entrenador ocurrió en marzo, cuando los hermanos Gil fueron convocados para un partido amistoso contra Honduras en Estados Unidos. Según Dóniga, la actitud de los jugadores desde el inicio fue problemática. Al llegar a la Villa Selecta, en lugar de reunirse con el cuerpo técnico, los hermanos los evitaron y se marcharon sin siquiera saludarlos. Este comportamiento marcó el inicio de una serie de actos que, según el técnico, fueron una constante durante sus estancias con la selección. Para Dóniga, este tipo de acciones son inaceptables en el contexto de un equipo que busca la unidad y el respeto mutuo.
El entrenador fue aún más específico al hablar sobre Mayer Gil. Explicó que durante una concentración en marzo, Mayer no fue incluido en la alineación titular para un partido, lo que desencadenó un comportamiento poco profesional. Dóniga relató que Mayer saboteó el entrenamiento, evitando participar plenamente y mostrando una actitud que el técnico calificó como irrespetuosa tanto hacia él como hacia sus compañeros. Este incidente fue clave para que el entrenador tomara la decisión de no volver a convocar a los hermanos. Dóniga dejó claro que los actos de indisciplina no se limitaban a un solo incidente, sino que se habían repetido en varias ocasiones.
La situación tomó un giro más personal cuando Dóniga recordó una conversación que tuvo con el padre de los jugadores, quien les pidió ayuda para orientar a sus hijos. El entrenador aseguró que, aunque habían mantenido en privado esa conversación, fue el padre quien la hizo pública y, según Dóniga, mintió sobre algunos de los detalles. El técnico expresó su descontento con esta situación y afirmó que, aunque no ha revelado toda la información, lo hará cuando sea necesario. Su principal preocupación en este momento es no afectar la concentración del equipo en los próximos compromisos, como la clasificación para la Copa de Oro.
Aunque Dóniga no dejó claro si los hermanos Gil tendrán una nueva oportunidad en la selección, sí señaló que, por el momento, están fuera de las convocatorias. Por su parte, los jugadores también han manifestado su intención de no volver a la selección mientras Dóniga esté al mando. Esta controversia deja en el aire la posibilidad de una reconciliación, pero lo cierto es que, en estos momentos, el técnico y los hermanos Gil parecen haber tomado caminos separados. Con la clasificación a la Copa de Oro en el horizonte, Dóniga se concentra en llevar a la Azul y Blanco hacia sus objetivos, dejando de lado cualquier distracción que pueda afectar el rendimiento del equipo.