El partido entre Los Ángeles Galaxy y Austin FC en la más reciente jornada de la Major League Soccer (MLS) se vio empañado por episodios de violencia que ocurrieron en dos momentos clave, lo que generó sanciones económicas para varios de los involucrados. Entre ellos, destaca el salvadoreño Eriq Zavaleta, quien se vio inmerso en un altercado al final del encuentro, según el reporte disciplinario emitido por la liga. Aunque las sanciones no incluyeron castigos deportivos, los jugadores implicados, incluyendo a Zavaleta, deberán cumplir con multas económicas, cuya cifra exacta no fue revelada. 

El informe, compartido con la prensa especializada en la MLS y retomado por medios como Pase Filtrado, detalla que el incidente se originó tras una fuerte falta cometida por el jugador de Austin FC, Guilherme Biro, contra el español Riqui Puig. La entrada se produjo cerca del banquillo de Los Ángeles Galaxy, lo que provocó la reacción inmediata de los integrantes del equipo californiano, incluido Zavaleta, quien aunque no jugaba en ese momento, se involucró en el altercado con Biro. La tensión escaló rápidamente, generando un enfrentamiento que obligó a la intervención del cuerpo técnico y de otros jugadores.




A pesar de la intensidad de la situación, las sanciones impuestas se limitaron a multas económicas. No hubo suspensiones ni sanciones que afecten la participación de los futbolistas en los próximos encuentros de la MLS. Esto significa que tanto Eriq Zavaleta como Guilherme Biro y otros jugadores involucrados en el altercado estarán disponibles para jugar en los partidos finales de la temporada regular. En el caso del Galaxy, su próximo y último partido será contra el Houston Dynamo el 19 de octubre en Texas, donde Zavaleta podría ver acción si así lo decide el cuerpo técnico.

El incidente ha generado repercusiones dentro del equipo de Los Ángeles Galaxy, que ha tenido una temporada irregular en la MLS y enfrenta un cierre de campaña lleno de tensiones e incertidumbre. La entrada violenta sobre Puig, una de las principales figuras del equipo dirigido por Greg Vanney, fue el detonante del altercado, lo que refleja el nivel de frustración y presión que enfrenta el equipo, que lucha por mejorar su posición en la tabla de clasificación. Aunque los jugadores evitaron sanciones deportivas, las multas representan un recordatorio de la necesidad de controlar los impulsos en momentos críticos de los partidos.

Este tipo de situaciones no son nuevas en la MLS, pero sí preocupan a la liga, ya que busca mantener un alto estándar de conducta en sus equipos. La MLS ha sido clara en imponer multas económicas cuando se trata de mantener la disciplina dentro del campo, y aunque en esta ocasión los jugadores involucrados no recibirán sanciones adicionales, es evidente que estos episodios afectan la imagen tanto de los clubes como de la liga en general. Ahora, con la temporada regular llegando a su fin, tanto el Galaxy como Austin FC deberán centrarse en cerrar de manera positiva, dejando atrás los episodios de violencia y enfocándose en el desempeño deportivo.